El día 4 de junio del año de 1773, fray Gregorio Amurrio, cumpliendo las órdenes del Padre Francisco Palou hizo "entrega voluntaria y gustosa dejación..." de la iglesia, sacristía, casa y campo de la Misión de Santa Gertrudis la Magna, además de "las alhajas y utensilios de iglesia y sacristía y todo lo demás que pertenece a esta misión". En dicha entrega se incluirían los indios cochimíes que componían, no sólo la Misión propiamente dicha, sino las rancherías que se irían formando al cobijo de ésta. Dicha entrega de los cochimíes no se hacía como la de objetos o posesiones, sino como de seres que debían quedar bajo la protección de los frailes predicadores dominicos a cuyas manos pasaría toda la obra jesuita después de su disolución.
MAQUETA.